15 abril, 2025
Según el paper titulado «The Geoeconomics of International Political Relations and Sovereign Defaults», aquellos países con relaciones internacionales más sólidas —es decir, con menos conflictos, más cooperación, representación diplomática activa y una mayor participación en organismos multilaterales— tienen menos probabilidades de enfrentar una crisis de deuda.
Para medir esta conexión, las autoras del estudio crearon el «Índice de Relaciones Políticas Internacionales», en adelante IPR, que evalúa el nivel de integración política de más de 150 países desde 1880. Los resultados son claros: a mayor puntuación en el índice, menor es el riesgo de default soberano al año siguiente.
La cifra es significativa. Un incremento de una unidad en el IPR reduce en cinco puntos porcentuales la probabilidad de que un país entre en cesación de pagos, lo que coloca a este índice como una herramienta predictiva comparable a otros factores tradicionales como la deuda pública, el crecimiento económico o la inflación.
“El principal aporte de este estudio es que introduce una nueva dimensión en la evaluación del riesgo soberano, al mostrar que las relaciones políticas internacionales de un país son un factor determinante en la probabilidad de enfrentar una crisis de deuda o un default soberano”, explica Consuelo Silva, académica de la Escuela de Administración UC. “Este estudio propone que las relaciones diplomáticas, la cooperación internacional y la integración política son claves para reducir el riesgo de default, lo que representa un enfoque innovador y más completo para entender los riesgos financieros internacionales”.
Pero el análisis no se limita solo al riesgo de default. El estudio también muestra que los países con relaciones internacionales más estrechas disfrutan de flujos de capital más estables, lo que les permite resistir mejor los choques económicos externos. Y, cuando ocurre un default, aquellos con un alto IPR enfrentan menores consecuencias económicas: los efectos sobre el crédito, el PIB y los rendimientos de los bonos soberanos son más acotados.
Para países como Chile, el estudio abre nuevas perspectivas en el diseño de políticas económicas y exteriores. “Resalta la importancia de mantener y fortalecer las relaciones internacionales, lo que podría llevar a una mayor estabilidad económica”, señala Consuelo Silva. “Los responsables de la política exterior podrían ver en este estudio una razón más para invertir en diplomacia activa y cooperación internacional, lo que podría no solo mejorar la imagen y las relaciones con otros países, sino también tener beneficios directos en términos de estabilidad económica y acceso a flujos de capital más estables”.
Además, plantea una oportunidad concreta para la planificación macroeconómica: “Las autoridades económicas podrían usar el Índice de Relaciones Políticas Internacionales como una herramienta adicional para evaluar el riesgo soberano y prever crisis de deuda, lo que les permitiría tomar medidas preventivas con antelación”, agrega. “En el caso de Chile, fortalecer su presencia y participación en organismos multilaterales y mantener relaciones estables con países clave podría ser una estrategia efectiva para reducir la vulnerabilidad ante crisis económicas globales y mejorar la resiliencia frente a choques externos”.
Con estos hallazgos, la investigación pone en el centro del análisis económico factores muchas veces considerados periféricos, como la diplomacia y la cooperación internacional. Hoy, más que nunca, las relaciones políticas pueden ser un salvavidas frente a futuras crisis financieras.