13 enero, 2020
El pasado jueves 9 de enero, Francisco Gallego, académico de la Facultad y coordinador de la Mesa Técnica por reducción de la jornada laboral, participó en una audiencia pública en el Senado, donde dio a conocer los resultados del informe elaborado por el equipo de expertos respecto las implicancias de disminuir la jornada a 40 horas.
Adaptabilidad sin precarización. Así, Francisco Gallego describió el proceso que debería llevarse a cabo para reducir la jornada ordinaria de trabajo a 40 horas semanales. “Nosotros creemos que hay que hacerlo en el momento adecuado, con la gradualidad adecuada y con el conjunto de acompañamientos adecuados”, enfatizó.
El profesor del Instituto de Economía fue designado como coordinador de la Mesa Técnica que se formó hace cerca de dos meses y que reúne a 17 economistas, académicos y especialistas. Todos tenían como objetivo analizar la propuesta y elaborar un informe con observaciones para que pueda servir en la decisión de políticas y en una efectiva implementación de la reducción de la jornada.
El pasado 9 de enero Gallego expuso junto a otros expertos los resultados de dicho informe a la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, donde explicó que, respecto a la rebaja de 45 a 40 horas, existe un consenso general en la comisión respecto a que dicha reducción sea en un promedio mensual, para evitar que las condiciones de los trabajadores se precaricen. “En todas las partes, que tenemos documentadas, donde se ha hecho esta reducción de jornada sin consecuencias negativas en temas como empleo, salario y calidad de vida, se ha hecho con promediación. Eso es súper importante”, explicó.
El académico señaló que el promedio mensual de horas debería responder al nivel de organización que tengan los trabajadores en una empresa. En ciertos casos internacionales, por ejemplo, la promediación se ha hecho incluso a un año. “La opinión de la mayoría [en la comisión] es decir que, si la sindicalización es menor o igual al 30% avanzar a un período de referencia de 4 meses. Si la sindicalización es mayor al 50%, dejar el acuerdo a las partes”, destacó.
En ese sentido, Gallego se refirió a la importancia de permitir, de alguna forma, que esta medida de reducción de la jornada recoja la opinión de trabajadores respecto a la flexibilidad de sus horarios y a las oportunidades de la empresa para que no se reduzca el empleo.
Por otro lado, el investigador destacó la gradualidad en la implementación, donde la idea es que esta se lleve a cabo en un período de 5 años, sin hacer distinción por tamaño de la empresa y usando cambios discretos.
Sin embargo, también destacó que el número de horas que se disminuya por año también debe ser considerado para que no signifique a las empresas un ajuste continuo de turnos y organización del trabajo. “Parece ser razonable hacer cambios discretos. No una hora por año, sino que más bien acumulemos una cantidad de horas. Demos un espacio para que la gente se pueda adaptar”, explicó.
Junto con lo anterior, Gallego afirmó que otro argumento para la gradualidad está relacionado con algunas medidas que deberán ser aplicadas para mejorar la productividad de los trabajadores. En ese sentido el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE) juega un rol importante para canalizar este tema. “Creemos que el SENCE es un canal bastante natural para ampliar la oferta de capacitación a temas relacionados con manejo del tiempo, compatibilizar la vida personal y laboral, y desarrollo de habilidades de negociación”, señaló.
Finalmente, de acuerdo a lo expuesto por el investigador, la implementación de la reducción de la jornada laboral debería contar con un plan de acompañamiento continuo, para evaluar la aplicación a trabajadores. Ante esto, la Dirección del Trabajo es clave.
La situación económica que atraviesa el país podría cuestionar la implementación de esta medida. Gallego explicó que la mayoría de los expertos que conforman la comisión opina que “se podría evaluar la conveniencia de suspender temporalmente la implementación de reducción de jornada laboral en vista de la situación económica esperada para los próximos trimestres”.
Además, concluyó: “de la experiencia que hemos visto en otros países, cuando este tipo de reducciones de jornada se producen en situaciones económicas con alto desempleo, con poca creación de empleo, típicamente generan menos empleo”.
Es por esto que Francisco Gallego fue enfático en afirmar que debería existir un diálogo tripartito a través del cual se determine cuándo implementar esta política. En él deberían participar trabajadores, empresas y gobierno.
Para elaborar el informe, la Mesa Técnica escuchó a diversos actores involucrados en el mercado del trabajo: trabajadores, empresas, académicos, OIT, entre otros. Además recogió y analizó diversas experiencias internacionales.
Además de Francisco Gallego, desde la Facultad participa el académico el Instituto de Economía, Fernando Coloma.