12 agosto, 2024
Utilizando análisis textual y herramientas de machine learning aplicadas a artículos de The New York Times desde 1885, tres académicos midieron la sobrecarga de información y su impacto en la capacidad de los inversores para procesar noticias, lo que, a su vez, influye en el riesgo de mercado y las primas de riesgo.
Se trata del paper “Learning from news, information flow, and financial markets”, cuya autoría corresponde a los profesores Alejandro Bernales (Universidad de Chile), Ilknur Zer (Federal Reserve Board) y a Marcela Valenzuela, académica de la Escuela de Administración UC.
De acuerdo con la académica: “El estudio propone que los inversionistas aprenden de las noticias, pero solo hasta un cierto umbral. La sobrecarga de información agota la capacidad de procesamiento de los inversionistas, haciendo que la información extraída sea imprecisa e incrementando el riesgo de estimación, lo que a su vez, conduce a una mayor prima de riesgo del mercado”.
Para esto, el proceso de desarrollo del paper comenzó con la identificación y clasificación de artículos relacionados al mercado financiero. Utilizando técnicas de análisis textual y machine learning, los autores midieron la carga de información diaria. El modelo de regresión logística ayudó a clasificar los artículos y a cuantificar el volumen de información financiera disponible en cada momento. Luego, se analizó cómo la sobrecarga de información afecta las decisiones de los inversores y las primas de riesgo del mercado. El resultado principal fue la relación no lineal entre el flujo de información y la prima por riesgo del mercado, identificando umbrales críticos en los que la información adicional comienza a tener efectos adversos.
Así, el estudio reveló que, en condiciones normales, recibir nueva información tiende a reducir la prima por riesgo, ya que los inversores pueden ajustar sus expectativas y decisiones basándose en su información actualizada. Sin embargo, cuando la cantidad de noticias supera un umbral crítico, los inversores experimentan sobrecarga de información, lo que provoca un aumento en la prima por riesgo del mercado.
En este sentido, la investigadora agrega que: El análisis también mostró que la sobrecarga de información no solo afecta al índice de mercado, sino que también tiene efectos en diferentes segmentos del mercado. En particular, afecta de manera más pronunciada a acciones pequeñas y volátiles, así como en aquellas que no están incluidas en el índice de mercado (por ejemplo, S&P500). Esto se debe a que los inversores tienden a depender más de la información pública disponible para tomar decisiones afectando más a este tipo de empresas. En contraste, las grandes empresas con una mayor cobertura de analistas y una mayor transparencia operativa parecen ser menos afectadas por la sobrecarga de información.
Además, el estudio destaca la necesidad de desarrollar estrategias que mitiguen los efectos negativos de la sobrecarga de información. Estas estrategias podrían incluir la priorización de fuentes de alta calidad, el uso de algoritmos avanzados de filtrado de información y la implementación de modelos predictivos que tengan en cuenta la capacidad cognitiva limitada de los inversores. Además, la educación financiera y el entrenamiento en el manejo de grandes volúmenes de datos pueden ayudar a los inversores a tomar decisiones más informadas y precisas.
La investigación también sugiere que la cantidad de información es un factor crucial que afecta los rendimientos de las acciones. En períodos de alta volatilidad o durante eventos económicos significativos, un exceso de información puede exacerbar las fluctuaciones del mercado, afectando negativamente el rendimiento de las inversiones”.
En conclusión, mientras que el acceso a una gran cantidad de información puede proporcionar ventajas competitivas, también puede representar un desafío significativo si no se gestiona adecuadamente. Los inversores y los gestores de fondos deben ser conscientes de los riesgos asociados con la sobrecarga de información y adoptar medidas proactivas para mitigar sus efectos, asegurando así decisiones de inversión más estables y fundamentadas.