3 diciembre, 2024
Gracias a una alianza de la Asociación Chilena de Seguridad (Achs) y DEKRA —organización líder en seguridad organizacional a nivel mundial—, desde 2013 cientos de empresas chilenas han podido implementar el Instrumento de Diagnóstico de Cultura Organizacional (OCDI), el cual mide 11 dimensiones o factores organizacionales, como por ejemplo “trabajo en equipo “ y “ credibilidad de la gerencia“.
Bajo esta premisa, dos investigadores de la Escuela de Administración UC realizaron un nuevo estudio que mide la correlación entre los resultados cuantitativos derivados de la OCDI en empresas en Chile y su desempeño en la seguridad.
Usando datos de 261 empresas, Gonzalo Muñoz e Ignacio Pavéz identificaron cuál de las distintas dimensiones del OCDI están más vinculadas con los criterios de accidentalidad y siniestralidad, utilizando herramientas de machine learning.
“El objetivo del estudio fue, por una parte, determinar cuál es el valor del OCDI a nivel nacional y contrastarlo con el benchmark a nivel mundial al que se debiera aspirar, el cual está en torno a un 4,2. Lo que observamos es que el promedio en Chile es 3,7, estando por debajo de el valor esperado”, explica el investigador Gonzalo Muñoz.
Un segundo objetivo tenía que ver con entender qué dimensiones del OCDI estaban más vinculadas con el desempeño en seguridad. Muñoz explica que tanto los accidentes que ocurren en el trabajo, así como las condiciones en que se realiza ese trabajo, tienen un impacto fundamental en la salud de los trabajadores, pero que desde la gestión de personas hay un espacio desde donde se puede hacer una contribución relevante.
Los investigadores señalan que la relación es inversamente proporcional: entre más alto es el puntaje en alguna dimensión del OCDI, más baja sería la siniestralidad a futuro.
“Hay dos dimensiones que son críticas y que tienen más relación con siniestralidad: ‘notificación de incidentes’ y ‘comunicación ascendente’. Lo que estamos haciendo es determinar el poder predictivo de las variables del OCDI, esto es, vemos los resultados en seguridad después de un año (o más) de la evaluación con el OCDI”, explica Muñoz.
Y agregó: “La ‘comunicación ascendente’ y la ‘notificación de incidentes’ podrían predecir son de manera consistente los mejores predictores de accidentabilidad y siniestralidad”.
En particular, el académico señaló que las dimensiones “comunicación ascendente” y “notificación de accidentes” podrían mejorar la predicción entre un 10% y un 20% de la accidentalidad laboral
“En el primer punto, la tendencia natural es evitar notificar por las consecuencias potencialmente negativas para el trabajador o la empresa. La segunda dimensión tiene que ver con la comunicación del trabajador con la jefatura y con la confianza que siente para exponerle situaciones riesgosas. Por último, cuando los compañeros hablan entre ellos y monitorean el trabajo que están haciendo mutuamente, reducen el riesgo de tener accidentes”, señaló Muñoz.
Finalmente, y, respecto a rubros, la investigación consideró los sectores de servicios básicos, forestal, minería, servicio a empresas, industria, construcción, transporte y almacenamiento, comercio y retail, agropecuario y ganadero, pesca y acuicultura, fabricación de alimentos y gubernamental.
Los investigadores aseguraron que este aspecto, “lo que hemos visto es que el comportamiento de estos resultados, respecto a qué dimensiones tienen más incidencia en la siniestralidad, es independiente del rubro y puede ser extrapolable a cualquier sector”.