8 octubre, 2020
Patricia Sabag, ingeniera comercial generación 1980. Cuenta con 27 años de experiencia en cargos de gerencias corporativas y directorios. Certificada como directora internacional por el IoD de Londres. En 2019 asumió el directorio Hortifrut en representación de las AFP, además es directora de Canontex, Italmod y Hotel Double Three. Previamente fue Vicepresidente para Sudamérica de la multinacional Del Monte Fresh Produce.
El Reporte de Indicadores de Género en las Empresas en Chile 2019, presentado en mayo de este año por el Ministerio de la Mujer y Ministerio de Hacienda, muestra una escasa participación femenina en cargos de alta responsabilidad. Según la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), solamente el 10,6% de los asientos en directorios son ocupados por mujeres, porcentaje que llega a un 20% en el caso de los puestos en gerencias de primera línea.
La integración de mujeres en empresas a niveles gerenciales y en directorios constituyen un excelente aporte pensando en la complementariedad e integración de visiones diferentes que hacen al momento de diseñar la estrategia de la empresa al igual que enfrentar de mejor manera las contingencias.
Para lograr que las mujeres puedan integrarse plenamente al mundo laboral y alcanzar puestos de liderazgo en las empresas, se requiere conciliar de mejor manera trabajo y familia. Para esto es necesario contar con leyes laborales que entreguen mayor flexibilidad a ambos padres. Con la pandemia ha quedado demostrado que sí es posible hacer jornadas laborales que combinen la presencialidad con el home office, permitiendo que tanto hombres como mujeres, puedan compatibilizar sus roles de mejor manera y evitar que las mujeres sufran el alto costo que tiene desvincularse de mundo laboral después de la maternidad.
Para que más mujeres entren en directorios y cargos gerenciales se deben ir superando etapas y abrir nuevos espacios desarrollando una carrera idealmente sin lagunas laborales.
Especialmente en empresas familiares en desarrollo, las características personales de mujeres son una excelente ayuda para apoyar la profesionalización y definir un ordenamiento o plan estratégico para enfrentar el futuro y preparar la continuidad de la empresa con la sucesión familiar.
Las empresas chilenas necesitan tener mayor heterogeneidad en sus directorios y cargos de alta dirección. Cuando las compañías tienen directores diversos, en cuanto a género y profesión por ejemplo, se produce un intercambio de ideas y miradas que enriquece. La diversidad es buena, aporta nuevas miradas, ayuda a mejorar la relación con todos los stakeholders y genera decisiones más acertadas y como consecuencia mejores resultados.
Hoy existen más canales para visibilizar a las mujeres profesionales, tales como la Página del Ministerio de la Mujer, al igual que organizaciones como Red Mad que hacen un gran aporte. Por otro lado, pienso que el tema más que de cuotas obligadas, pasa por una voluntad y acercamiento a las empresas, en este sentido iniciativas como el Club del 30% han mostrado tener buen efecto y avanzar en la dirección correcta en mi opinión.
Para terminar con el estancamiento de la participación femenina en los directorios de empresas, necesitamos el trabajo en conjunto de múltiples actores. Se requieren políticas, desde el Estado y las empresas, que apunten a la flexibilidad de jornada. También debemos explorar nuevos espacios desde donde más mujeres puedan adquirir experiencias y herramientas para la alta dirección.