5 marzo, 2024
Tuve la oportunidad de acompañar al Presidente Piñera en sus dos gobiernos. Como ministra de la Mujer y Educación en su primer mandato. Como Ministra de Medio Ambiente en el segundo. Como miles de profesionales que entramos a su gobierno, no venían del mundo político, llegamos convocados por el Presidente para aportar a nuestro país.
Con el presidente Piñera se trabajaba mucho y duro. Era ex alumno de la UC, le encantaba señalar como un privilegio que compartíamos y por el cual debíamos responder. El 24/7 no era un slogan porque lo ejercía personalmente. Las famosas bilaterales y multilaterales de varios ministros con opiniones encontradas por un tema en particular, eran temidas por el alto nivel de detalle en que entraba y manejaba. Las reuniones se debían preparar muy bien. Argumentos precisos, frases cortas, respaldar con datos duros y manejar muy bien los costos y timings. El sentido de urgencia tampoco era una simple frase. Me gustaban esas reuniones, con mucha gente, acaloradas discusiones, sin problema de cambiar de opinión ante buenos argumentos. El humor siempre presente. El presidente tenía mucho de niño. El humor lo aplicaba de las maneras más variadas y no siempre bien. Muchas veces me hacía reir en los momentos más impensados y en otros, lo quería matar. Pero a él las diferencias no le molestaban. Al contrario. Le gustaba desafiar y gozaba al ser desafiado.
Su personalidad intensa, detallista, al mismo tiempo acelerada y sin límites dió origen a algunas de sus Piñericosas, así como a las verdaderas listas de supermercado en que algunos de sus discursos se transformaban. Pero fue esa capacidad de ver lo micro y al mismo tiempo impulsar lo macro y su audacia para desafiar lo posible y mover los límites, lo que le permitió sus más grandes hazañas: la reconstrucción, el manejo de la Pandemia , el rescate a los mineros y expandir las fronteras de la derecha a temas futuro, como Mujer, inclusión, cambio climático y cuidado del medio ambiente consideradas antes casi patrimonio de la izquierda.
El Presidente era un hombre con un profundo sentido de familia. De todas las leyes en que me tocó trabajar, sin duda la más querida por él fue el post natal de 6 meses que cambió la vida de millones de mujeres y familias en nuestro país. No solo era importante el mayor tiempo de post natal sino que fuera un derecho para todas los niños con madres que trabajaran fuera del hogar no importando si era hijo biológico o adoptado o que tuvieran un contrato de trabajo o no.
Amante y conocedor de la Naturaleza, el presidente Piñera sacó el tema ambiental del rincón porque lo veía como un tema de DESARROLLO PAÍS que debía permear todos los sectores productivos. Gracias a él Chile es el único país en vías de desarrollo que cuenta con la Ley de CAMBIO CLIMÁTICO con carbono neutralidad al 2050 como lo pide la ciencia, promocionó el cierre de las centrales a carbón, la estrategia de hidrógeno verde, impulsó la electromovilidad y transformó a Santiago en la ciudad con más buses eléctricos del mundo fuera de China. Fue pionero en el combate a la polución por plásticos. Saco adelante la ley que elimina los plásticos de un solo uso y la ley CHAO Bolsas Plásticas,entre muchas otras.
Soy de los miles de chilenos y chilenas que lloran su partida. Infinitamente agradecida de lo que hizo por Chile, de la oportunidad que me dio de servirlo, lo mucho que aprendí de él, su cariño y amistad. Me hubiera gustado tanto que hubiera podido ver en vida el reconocimiento y cariño de la gente. Gracias a su liderazgo, pasión y visión su legado perdurará en cada rincón de este país que tanto amaba y su ejemplo de demócrata inclaudicable, trabajador incansable y amante de la libertad nos acompañará a todos quienes tuvimos el honor de trabajar junto a él.
Carolina Schmidt
Ex Ministra medio Ambiente