24 mayo, 2023
La economista y egresada de nuestra Facultad, en abril fue nombrada como parte del directorio de Viña Concha y Toro, empresa a la cual ha estado ligada por casi 25 años y que también representa la multifacética carrera de Bustamante, quien ha forjado su trayectoria profesional en gerencias de relación con inversionistas, asuntos públicos y comunicaciones. En esta entrevista conversó sobre sus desafíos actuales y también sobre su rol en Banco Santander, en donde forma parte del directorio.
¿Cómo asumes estos nuevos desafíos, Blanca? Particularmente el de integrarte al directorio de Concha y Toro.
Estoy contenta de que estos nombramientos se hayan dado en esta etapa de mi vida, es un paso grande en la trayectoria que he construido en una compañía como esta. Y no puedo estar más contenta de seguir contribuyendo en Concha y Toro.
Este nombramiento es un reconocimiento a un trabajo muy amplio y muy largo en el sector corporativo, en donde se me fueron dando distintas oportunidades. Es justamente lo que hizo que me moviera entre las diferentes áreas dentro de la Viña, desde investor relations, comunicación corporativa a asuntos corporativos, en la medida en que estas eran relevantes para las empresas.
¿Y cómo ves el trabajo de los próximos meses en ese sentido? ¿Cómo te proyectas?
Ha sido un cambio muy cercano: esto se dio en abril. Pero en el de Santander llevo más años y es un tremendo desafío también. Porque es un banco líder y está en una transformación importante, entonces hay enormes cosas por hacer. A lo que se suma ahora el directorio de Concha y Toro.
Sin embargo, creo que lo más importante es ir buscando por dónde aportar, cómo lo vas a hacer y mantenernos muy bien informados de los desafíos que tenemos como país. Y obviamente las empresas tienen un interés por el entorno, ya que marca las oportunidades de crecimiento.
Si hay algo que ha caracterizado este último tiempo ha sido la incertidumbre, nuevas temáticas y un proceso de cambios muy rápidos. El crecimiento no lo hemos visto: ha sido una década bastante plana en eso sentido. Y justamente los grandes desafíos tienen que ver con cómo crecer de una manera sostenible, porque esa es la palabra de la cual nos tenemos que hacer cargo en las compañías.
Respecto a eso, en la Facultad y la Fundación siempre ha existido la misión de formar a los egresados para abordar los grandes desafíos del país: ¿cómo ese rol de impacto se conjuga también con tu carrera?
Yo me fui por la línea de la economía porque siempre tuve la inquietud de contribuir al país en el ámbito de políticas públicas. Una vez terminada la carrera entré a trabajar al Banco Central, luego me fui a vivir a Estado Unidos y se me abrieron nuevas oportunidades al regresar a Chile. Siempre en mí ha estado de forma, muy profunda, esa parte de responsabilidad social. La cual también he podido vivir y desarrollar en las empresas. Sobre todo hoy son temas muy presentes en todas las compañías. Y así he encontrado un hilo conductor para mi vocación.
Respecto a temas actuales, la Fundación ha hecho un trabajo extenso en torno al tema de género, mercado laboral y liderazgo. ¿Cuáles crees que son los principales desafíos hoy? ¿Cómo has visto que ha evolucionado esto?
Uno siempre da una opinión desde la empresa en la cual le ha tocado trabajar tantos años. Me siento afortunada, porque en Concha y Toro siempre tuve mucha acogida para conciliar profesión y familia. Cuando entré ya tenía a mis tres hijos y pude encontrar un espacio con una jornada parcial, que no era tan común en ese momento.
Creo que en el tiempo he visto cómo se sumaron también otras mujeres, al menos en esta empresa, a jornadas con mayor flexibilidad y veo cómo se suma a muchas mujeres en diferentes cargos y roles. Veo hoy día que hay oportunidades del talento femenino, se está trabajando en esos liderazgos femeninos para que las mujeres se desarrollen muy bien. Creo que hay un compromiso de las empresas importante para buscar esta equidad entre hombres y mujeres. Lo importante es tener claro cómo uno se quiere desarrollar y buscar empresas que puedan abrir esas oportunidades.
¿Cómo se dio tu llegada al directorio de Santander? Me contabas que ha sido por un vínculo o contacto de la Facultad que se abrieron algunas puertas. Lo que, finalmente, había sido una sorpresa para ti.
Fue una sorpresa. Recibí una llamada de Vittorio Corbo que en ese minuto era presidente del directorio de Santander. Fue él, quien me imaginó, recordó que había sido alumna suya. Entonces lo conversó, y junto a los otros directores, me abrieron las puertas a ese espacio. Ellos buscaban incorporar a una mujer al directorio que tuviera una mirada diferente, ya que en el directorio tenían ya a los mejores banqueros de la industria. Y mi perfil calzó. Sin duda eso te abre muchas puertas y te da visibilidad.
Ha sido una experiencia fantástica. Y estoy muy agradecida de que Vittorio tuviese esa confianza de buscar una profesional, ajena a lo que eran los directorios en ese minuto. Fui alumna de él y siempre tengo recuerdos de sus clases, las de econometría que eran, realmente, apasionantes.
Además de Vittorio Corbo, ¿podrías hablar de otros referentes en tu paso por la Facultad?
Te diría que tuve muy buena relación con los profesores y si pudiera nombrar a algunos importantes sería a Dominique Hachette con quien trabajé en un estudio. Más adelante recuerdo a Sergio de la Cuadra, quien me dio oportunidades para trabajar en un banco de inversión en Wall Street en un periodo en que viví en Estados Unidos. Y fue también una experiencia importante para mi regreso. También fue muy importante Francisco Rosende, con quien trabajé en el Banco Central. Fue un periodo corto pero que recuerdo con mucho cariño. Trabajando en Concha y Toro volví a encontrarme con Sergio de la Cuadra, que fue director y también con Jorge Desormeaux. Ambos son nombres de economistas que hoy están presentes para todos y que para mí también fueron muy importantes.