En la ceremonia de Trayectoria Académica UC, el decano de la Facultad de Economía y Administración, José Miguel Sánchez, fue reconocido por sus 25 años como profesor UC. Más que una cifra, el reconocimiento celebra una vida dedicada a la universidad, marcada por la docencia, la investigación y el liderazgo, pero sobre todo por una profunda vocación de formar personas. Esa convicción ha guiado su aporte al crecimiento sostenido de la Facultad durante más de una década.

Su historia con la Facultad comenzó en 1977, cuando ingresó a estudiar Ingeniería Comercial como parte de la primera generación que estrenó el Campus San Joaquín. Tras obtener su título profesional y el grado de magíster en Economía, continuó su formación en la Universidad de Minnesota, donde alcanzó el grado de Ph.D. en Economía. Desde entonces, ha construido una reconocida trayectoria académica en microeconomía, con especial foco en organización industrial, economía de la regulación y economía ambiental. 

Sus investigaciones han sido publicadas en prestigiosas revistas internacionales y han tenido un impacto concreto en la definición de políticas públicas, contribuyendo a mejorar la regulación de concesiones, el diseño de mercados de energía y transporte, el control de la contaminación y la aplicación de instrumentos económicos para enfrentar desafíos ambientales con visión de largo plazo. 

Vocación por la formación de personas 

Su carrera docente se inició en la UC en los años ochenta y se consolidó a su regreso de Minnesota como investigador en el programa ILADES-Georgetown University. En 1995 se incorporó a la Universidad de Chile como profesor asociado, hasta que en marzo de 2000, convocado por Francisco Rosende, regresó definitivamente a su alma mater para sumarse al Instituto de Economía UC. 

Allí asumió un desafío decisivo: crear el Doctorado en Economía UC, del cual fue su primer director, impulsando la formación de investigadores de excelencia y la internacionalización del programa. Posteriormente lideró el área de Postgrado e Investigación y más tarde la dirección del Instituto, antes de ser elegido decano en 2013. 

Desde entonces, ha conducido un proceso de transformación que ha consolidado a la Facultad como referente en América Latina. Bajo su liderazgo, se ha fortalecido la planta académica, se ha modernizado la infraestructura en el Campus San Joaquín —cuya cuarta etapa de remodelación culmina este año— y se han abierto nuevos espacios de encuentro y aprendizaje, como la sede Nueva Las Condes de la Escuela de Administración UC. También ha impulsado vías de admisión innovadoras que reconocen el talento de los estudiantes, reforzando así el compromiso público y la proyección internacional de la Facultad. 

Sin embargo, como él mismo subraya, su mayor motivación no se mide en edificios ni en cifras, sino en las personas: “La vida académica es un privilegio porque nos da un espacio para la reflexión y el intercambio fecundo de ideas. De ese diálogo nace el conocimiento y, sobre todo, la posibilidad de formar personas con los valores UC, que construirán una sociedad mejor. Esa es mi mayor motivación”, afirma. 

Hoy, a 25 años como académico y más de cuatro décadas después de haber ingresado como estudiante, la historia de José Miguel Sánchez se entrelaza con la de la propia Facultad. Su aporte ha sido decisivo en su desarrollo institucional y en la construcción de una comunidad académica sólida y de excelencia. Pero su verdadero legado trasciende cargos y proyectos: vive en las generaciones de estudiantes y académicos que, inspirados por su ejemplo, han entendido que educar es, ante todo, transformar vidas, tal como a él se lo transmitieron sus mentores, Vittorio Corbo y Gert Wagner.