21 abril, 2020
Por Alejandro Guin-Po Bon, Economista Larrain Vial Asset Management.
Ingeniero Comercial UC admisión 2011.
Posiblemente hayan leído o escuchado este titular varias veces, y no es causalidad puesto que actualmente en el mercado financiero y en la economía mundial, el COVID-19 o popularmente conocido como Coronavirus, ha sido el principal “driver” para explicar los fenómenos vividos últimamente.
Este shock es especial por varias razones, en particular porque es único en la historia. Por una parte, afecta tanto a la oferta, mediante las disrupciones de la cadena productiva como también a la demanda, especialmente en el consumo del sector servicios en la parte de alimentación, entretención y turismo.
Por otra parte, una de las pocas formas de contener esta pandemia ha sido inducir a la economía “en un coma”*, por medio de la cuarentena total y obligatoria (lock-down) implementados primeramente por China, pero seguidos en las últimas semanas por gran parte de los países de Europa y algunas ciudades de Estados Unidos. Esto tiene un impacto brutal en la economía, lo que tiene que ser compensado por un estímulo fiscal a la altura de las circunstancias y complementado por medidas en política monetaria tanto de forma convencional a través de sus tasas de política monetaria o usando medidas de liquidez más creativas.
Así es la mayoría de los bancos centrales del mundo mantienen sus TPM en mínimos técnicos/históricos y gobiernos como Estados Unidos y Australia han lanzado ambiciosos planes fiscales que se encuentran en torno al 10% del PIB respectivamente.
En el plano local, parecen haber mejores noticias. Las cifras informadas día a día por el gobierno aún mantienen un crecimiento bastante estable en torno a poco más de 300 nuevos contagiados al día, y al parecer las medidas de cuarentena parcial han permitido mantener una economía relativamente estable y contener la expansión del virus**. Sin embargo, no hay que celebrar aún, sino estar muy atentos puesto que cualquier descuido puede costar caro.
La mejor noticia, el fisco planea impulsar una segunda etapa en su plan fiscal superando el 4,7% del PIB ya anunciado hace unas semanas. Este plan estaría pensando principalmente para empresas y para trabajadores independientes, para complementar la primera parte y podría llegar a superar el 8,0% del PIB en total.
El país aun cuenta con una posición financiera bastante buena, con un 29% de deuda bruta como porcentaje del PIB y con casi 25.000 millones de dólares en reservas incluyendo el FEES y FRP, lo que nos da un buen pie para pensar en gastar más en tiempos que son necesarios.
En resumen, la recuperación de la economía local y mundial vendrá de la mano de la superación del COVID, incluyendo un fuerte rebote cuando aquello suceda. Por el momento, el “paciente en coma” debe tener suficiente suero, sangre y nutrientes que serán brindados mediante los recursos fiscales y una mayor liquidez para poder seguir funcionando hasta el momento que retomemos nuevamente una normalidad sin distanciamiento social.
* Sugiero leer la entrevista a Ricardo Caballero publicada el 22 de marzo de 2020 en El Mercurio.
** Sugiero leer la columna “La Dosis” de Sebastián Claro, publicada el 23 de marzo de 2020 en El Mercurio.