22 octubre, 2024
Durante esta jornada, estudiantes, profesores y funcionarios unieron fuerzas para apoyar a ocho familias de la comunidad a través de labores de construcción y mejoras en sus hogares, enfocándose en reparaciones esenciales que mejoraron sus condiciones habitacionales.
El decano de la Facultad, José Miguel Sánchez, subrayó la relevancia de esta actividad para todos los participantes: “Estas operaciones no solo nos unieron como comunidad, sino que también nos permitieron trabajar por un objetivo común: servir a quienes más lo necesitan. Es un ejemplo claro de nuestro compromiso con los demás, utilizando nuestras capacidades para mejorar la calidad de vida de familias que lo requerían”.
Antonia Santelices, subdirectora de Asuntos Estudiantiles, destacó el impacto positivo para los futuros ingenieros comerciales UC: “Nuestros alumnos estaban encantados de compartir y trabajar junto a sus profesores en un contexto más cercano y distinto al habitual. Esto enriqueció su formación profesional al vincularlos con la comunidad, demostrando que la educación va más allá de las aulas. Los profesores, además, dieron un ejemplo claro de servicio, que es un sello que queremos transmitir”.
Francisca Silva, directora de Desarrollo de la Facultad, elogió la coordinación y esfuerzo colectivo: “La planificación y organización fueron clave en este trabajo. Cada voluntario asumió un rol específico en la reparación de viviendas, lo que permitió que las labores se ejecutaran de manera eficiente y estructurada, maximizando el impacto positivo”.
Antonia Sandoval, alumna de segundo año de Ingeniería Comercial UC y jefa de cuadrilla del CAAE, compartió su experiencia: “Este tipo de trabajo en equipo deja aprendizajes profundos. Los voluntarios desarrollaron habilidades de liderazgo, comunicación y resolución de problemas, y aprendieron sobre el valor del trabajo comunitario y la empatía, creando un sentido de pertenencia y compromiso con la Facultad y su propósito”.
El impacto fue significativo tanto para las familias beneficiadas como para los voluntarios. La alumna enfatizó la importancia de continuar con este tipo de actividades: “Es esencial seguir impulsando estas iniciativas, ya que no solo fortalecen los lazos entre los miembros de la Facultad y la comunidad, sino que también generan un impacto social positivo y promueven una cultura de colaboración”.
Este trabajo social, que involucró a toda la comunidad, dejó una huella tangible en Curacaví, mejorando las condiciones de vida de 8 familias y reforzó los vínculos entre estudiantes, profesores y funcionarios. La actividad refleja el compromiso de la Facultad con el bienestar social, celebrando sus 100 años con un espíritu de servicio y colaboración que mira hacia el futuro.